Para pasar el rato.
Por que lo importante es tener cosas para pensar.
Tras un golpe de estado, el nuevo gobernante Desgracius (iluminado por los consejos de un pájaro sabio llamado Chavito), decide eliminar a los sabios del gobierno anterior, para que no inicien una revuelta. El primero de ellos se llama Primus, el segundo se llamaba Secundus y el tercero... Tutankamón.
Sin embargo, acuciado por la desesperación y sin tener a nadie que le ate los zapatos, decide perdonar a uno de ellos, al más sabio, para que le haga los nudos más bellos (¿¡qué pasa!? cada uno tiene sus propios problemas mentales...!!) Así pues les propone un acertijo, de tal forma que perdonará la vida a aquel que lo resuelva.
”Dispongo de cinco sombreros, tres blancos y dos negros. Os colocaré a
cada uno de vosotros uno de estos sombreros en lo alto de vuestra
cabeza, de manera que seréis capaces de ver el sombrero que lleva el que
está enfrente vuestro pero no el vuestro. El enigma consiste en
que debéis de adivinar lo antes posible el color del sombrero que
lleváis y justificar como lo habéis adivinado. Pero si uno de vosotros
se equivoca, moriréis los tres!!!”- dijo Desgracius. Entonces Desgracius colocó a
cada uno de los tres uno de los sombreros blancos y guardó los dos
negros.Tras unos momentos de vacilación, Tutankamón se volvió hacia él y le dijo -”Su Excelencia, ¡¡mi sombrero es blanco!!”-.
¿Cómo lo supo?
Solución:
Tutankamón razonó de esta manera:
Hay tres sombreros blancos y dos negros. Si el primer sabio hubiera
visto en cada uno de nosotros dos los sombreros negros, hubiera dicho
sin dudar “Majestad, mi sombrero es blanco”. Como no respondió,
significa que tenía dudas. Por lo tanto, hay dos posibilidades:
1. Vio dos sombreros blancos.
2. Vio un sombrero blanco y uno negro.
Según la primera posibilidad, mi sombrero es blanco. Con la segunda posibilidad, ¿quién tiene el sombrero negro?
Si lo tuviera yo, el segundo sabio habría respondido “Veo que Tutankamón lleva un sombrero negro. Si el mío fuera también negro, el primer sabio hubiera respondido que el suyo era blanco. Por lo tanto el mío es
blanco”.
Pero como no respondió, significa que quedó en la duda. Por lo tanto,
de acuerdo a la segunda posibilidad, mi sombrero es blanco.
En conclusión, sólo hay una respuesta, Su Excelencia: Mi sombrero es blanco.
Epílogo.
Meses más tarde Tutankamón inició una revuelta y asesinó a Desgracius con ayuda del cordón de su pie izquierdo... y de una magnum 45 con silenciador y balas de punta hueca.
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