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lunes, 25 de mayo de 2015

Descansen en paz, Mr. & Mrs. Nash.


"Lo que distingue lo real de lo irreal está en el corazón"

El matemático John Nash, ganador del premio Nobel de Economía, y su mujer, murieron el pasado 23 de mayo, en un accidente de coche. Pobres. Iban en taxi y éste se estrelló al intentar realizar un adelantamiento en New Jersey.



A comienzos de este año, la Academia Noruega de Ciencias y Letras le habían concedido el premio Abel de Matemáticas 2015, por sus aportaciones en otro campo, el de las ecuaciones en derivadas parciales (EDPs).  Sin embargo, John Nash no era conocido por sus aportaciones en Economía o Matemáticas. John Nash es el matemático que Russell Crowe inmortalizó en la película "Una mente maravillosa" (2001).
La verdad es que lo que conozco de su vida es más bien poco, así que no voy a hacer aquí un panegírico exagerado, pero siempre es una pena cualquier accidente que ocurra. Y una persona cuya vida es un ejemplo de superación, de lucha contra la adversidad merece todo mi respeto y mi admiración. ¡Qué fácil es dejarse vencer por la vida!
Además, al leer lo que Wikipedia dice sobre él (aparte de que debía ser un poco egocéntrico, no  me lo creo tanto...) aparece que estuvo casado con la misma mujer (Alicia López Harrison de Lardé, una alumna suya 4 años menor a la que conoció dando clases en el MIT) toda su vida y esto, teniendo en cuenta la vida que tuvo, dice mucho sobre ellos dos. Me ha sorprendido muy favorablemente. No suele, desgraciadamente, ser lo normal.

Aparte de eso, John Nash marcó un momento importante en las Matemáticas y la Teoría de Juegos. Por cierto, fue uno de los inventores del Hex, un juego de mesa (según él) matemáticamente perfecto, similar al Go (un juego de mesa tradicional japonés).

La BSO de la película era increíble, así como ver a Russell Crowe como un genio matemático que escribe ecuaciones en las ventanas en las que estudiaba (una muy buena forma de estudiar, por cierto, consigues una pizarra por un precio muy barato y en la que se escribe bien - a menos que tengas el atardecer de frente, claro...).

Pero esto no es sobre Russell, o sobre su película. Aún así, podemos ponerle, como despedida, a John Nash, la canción de James Horner que hizo que todo el mundo pensara en él.
Hasta siempre, John Nash.



(La noticia en Europa Press la podéis leer aquí. También tenéis un artículo algo más extenso en este periódico y otro sobre el premio Abel, Nash y Nirenberg aquí.)

1 comentario:

  1. ¡Siento muchísimo su muerte de una forma tan trágica! yo creo que a todos nos conquistó su historia cuando vimos la película de la que nos hablas. ¡Qué gozada que siguieran juntos todos estos años! Eso ya no se oye y es un ejemplo de vida.
    Descansen en paz. Rezaremos por sus almas.

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