Parece ser que se han detectado, por primera vez, los efectos de las ondas gravitacionales producidas tras el Big Bang. Estos efectos se han encontrado en un laboratorio situado en la Antártida gracias al telescopio BICEP2 (en la imagen de la derecha)
El Telescopio BICEP2 con el South Pole Telescope al fondo en 2007 | . |
Se suelen escoger estos lugares por que, debido a sus bajas temperaturas, son extremadamente secos y, por tanto, la radiación que llega del universo a través de la atmósfera es mayor de la habitual (que suele ser absorbida y reemitida por el vapor de agua presente en la atmósfera, perdiendo así toda la información que pudiera contener).
Las ondas gravitacionales son ondas de gravedad, producidas en el campo gravitatorio cuando grandes masas sufren una importante aceleración o en fenómenos cataclísmicos, como las explosiones de supernovas, caídas de estrellas dentro de agujeros negros o el mismo Big Bang.
La imagen inferior es de la nebulosa del Cangrejo, posiblemente una de las explosiones de supernova más estudiadas en el mundo. Y la primera de la que se tiene noticia documentada. Fue tan intensa que brilló en el cielo durante 22 meses, incluso a plena luz del día. Observadores chinos y árabes la registraron en sus libros hace casi mil años (más concretamente, alrededor de Julio del año 1054).
En el centro de la figura podéis observar un chorro de partículas que salen disparadas a velocidades relativistas perpendicularmente al plano de rotación de la nebulosa. El chorro pertenece a un púlsar que hay en su interior.
Esta imagen combina información óptica del Telescopio espacial Hubble (en rojo) e imágenes de rayos X del Observatorio de rayos X Chandra (en azul).
¡Qué bonito es el Universo!
Cuántas gracias tenemos que dar por poder habitar un lugar tan increíble...
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